En lo que respecta al resultado final, la pandemia no trató a todas las empresas de la misma manera. Sí, COVID-19 fue una especie de ecualizador. La mayoría de los estados se cerraron, muchas empresas cerraron y la cuarentena se convirtió en la norma para millones de personas. La distribución, en su mayor parte, se consideró un negocio esencial, pero aún así, muchos clientes distribuidores tuvieron que cerrar sus puertas durante semanas o incluso meses. Pero algunos distribuidores estaban mejor preparados para manejar la transición necesaria al trabajo remoto, el pivote hacia la venta de elementos de protección personal y el aumento de pedidos en línea, otros no lo eran. Algunas empresas lucharon con procesos heredados que impidieron la agilidad en un período que requería una reacción rápida. Este punto de inflexión de la industria se hizo evidente al examinar los informes de ganancias de las empresas públicas y viendo cómo se desempeñaron las líneas superiores de las empresas a partir del segundo trimestre de 2020.
Desde una perspectiva de planificación, especialmente al considerar los movimientos del mercado posteriores a la pandemia, COVID-19 obligó a todos los distribuidores, sin importar su vertical, geografía o cliente final, a repensar sus tecnologías existentes y planificadas. Les hizo reevaluar cómo tradicionalmente sirvió a los clientes y cómo deberían hacerlo en el futuro.
MDM (Modern Distribution Management, proveedor líder en investigación, análisis y educación en distribución mayorista desde 1967) e Infor se unieron para comprender los desafíos actuales en el panorama mayorista y ayudar a los distribuidores no solo a evaluar cómo ha respondido su negocio durante el COVID, sino también a garantizar que puedan diferenciarse de sus competidores.
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